El Cristo Yacente preside el respetuoso
y concurrido Vía Crucis de Aracena
Buen tiempo en un recorrido muy diferente al habitual de Semana Santa
En la última década cinco
imágenes de Cristo han podido hacer el Vía Crucis en la calle y el resto por la
lluvia en el templo. En los tres últimos años la climatología no ha impedido el
Vía Crucis por las calles de Aracena
Las seis imágenes de Cristo de
Penitencia lo presiden cada año de forma cronológica por su orden de salida
Javier Moya Rufino / Aracena
El Cristo Yacente presidió el
pasado viernes por la noche el Vía Crucis de la Semana Santa de Aracena, uno de
los actos que sirve para calentar motores de cara a la Semana de Pasión, que
será dentro de un mes.
El Vía Crucis, como suele ser
habitual, fue muy concurrido de público en todo momento. Siempre más personas
en la salida y primeras estaciones y con menor público al final.
En esta ocasión el Vía Crucis
salió de la Iglesia de El Carmen, sede canónica de la Hermandad de la Soledad
como encargada en esta ocasión del Vía Crucis.
Todo comenzó pasadas ligeramente las
nueve de la noche. Una noche agradable en cuanto a la climatología, algo de
frío, y pese a que la climatología adversa ha sido la protagonista en muchas
ocasiones. De hecho de los últimos diez años el Vía Crucis sólo se ha hecho
fuera del templo religioso en cinco ocasiones; 2012, 2014, 2016, 2017 y este
año 2018. Aún así cuando llueve siempre se hace en el interior del templo. Curiosamente
las dos últimas veces que el Vía Crucis ha estado presidido por el Cristo
Yacente sí ha podido hacerse en la calle.
El Vía Crucis discurrió por
diferentes calles del municipio, siendo siempre un recorrido largo, que duró
algo menos de las dos horas, y se aprovecha para recorrer calles y rincones donde
no se pasa durante la Semana Santa u otro tipo de procesiones. En este sentido
destacar el paso por la zona centro, barrio de San Roque y Santa Lucía con un
recorrido diferente a la última vez que lo hizo dicha imagen que procesiona el
Sábado Santo.
Un Vía Crucis como siempre emotivo,
multitudinario, silencioso y respetuoso. Reseñar, como se viene acostumbrado en
las últimas ediciones, el señalar los puntos exactos de las diferentes
estaciones que fueron leyendo los representantes de las distintas hermandades
de gloria y penitencia de Aracena, en la mayoría de casos sus Hermanos Mayores,
junto a miembros de la parroquia cebollera. De igual forma dentro del cortejo
del Vía Crucis destacar la presencia de acólitos foráneos.
Hubo algunas colgaduras, gente
asomada a las puertas y balcones y hermandades como el Cautivo o la Reina de
los Ángeles que quisieron hacer un acto de presencia más formal y trabajado en
el discurrir por su Casa Hermandad o Ermita de San Roque, respectivamente. El
Cristo Yacente fue portado por quien quiso, tanto hombres como mujeres.
El Vía Crucis lo preside cada año
la imagen titular de Cristo de las seis hermandades de penitencia de Aracena,
siempre por el orden cronológico de sus respectivas procesiones en la Semana
Mayor. Así pues el próximo año le tocará el turno al Cristo del Amor de la
Hermandad de la Borriquita, y también desde la iglesia de El Carmen.
El Vía Crucis gusta mucho en
Aracena y ahora en breve será el turno de los continuos traslados de algunas
imágenes a sus respectivos pasos procesionales, siendo otro momento
multitudinario y emotivo.
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