Javier Moya Rufino / Aracena
En la Sierra
el uso de las piscinas en verano es algo habitual, y más aún en los últimos
años con la proliferación de piscinas públicas en muchos pueblos de la comarca,
principalmente en los de mayor población.
De los 29 pueblos
de la Sierra un número importante, sobre la mitad, cuenta con piscina al aire
libre, y sólo, refiriéndonos al carácter público, Aracena tiene además una
cubierta de uso local y comarcal durante todo el año. En dicha localidad, en
verano, la cubierta se aprovecha para el uso normal de los usuarios y para la
campaña de natación con casi 300 alumnos (que finaliza estos días), y la
piscina pública al aire libre, la más antigua de la Sierra, para el baño y
disfrute durante el día.
Pueblos como
Aracena, Galaroza, Cortegana, Cala, Aroche, Los Marines, Jabugo, Cortelazor la
Real, Higuera de la Sierra, Fuenteheridos, Zufre, Santa Olalla del Cala, Arroyomolinos
de León, entre otros más, tienen su piscina. Algunos pueblos cuentan también
con una piscina pequeña adaptada a los más pequeños. Luego está el caso
excepcional y curioso de la alberca de Cañaveral de León, de uso para el riego
agrícola, que se usa para el baño el verano, pero que no es una piscina como
tal ni gusta en el pueblo que la llamen así. En este caso son los propios
vecinos estos años quiénes la mantienen y limpian junto al Ayuntamiento. Una
piscina de una belleza extrema y con unas vistas de la comarca privilegiadas,
además con acceso libre y gratuito.
El uso de
las piscinas, siendo siempre una fuerte inversión económica, se centra a los
meses de verano y normalmente julio y agosto. En algunos casos, según también
la climatología, se amplía a principios de septiembre. En el caso de la piscina
pública de Aracena se abre a diario de doce del mediodía a ocho de la tarde
aproximadamente. Hay otros pueblos donde también se abre a diario o bien
centrados en el fin de semana. Por supuesto en todos los casos cuentan con
socorristas formados previamente. Para ello en los últimos años también han sido
habituales cursos para esta función, que lógicamente desempeñan jóvenes de la
Sierra y en la mayoría de casos del municipio en cuestión.
En cuanto a
los precios son asequibles y en casi todos los casos cuentan con bonos para
varios baños al mes o bien aprovecharlos en familia. Cada piscina ahí marca sus
directrices concretas. En muchos casos el precio se incrementa durante el fin
de semana. Y en muchas piscinas, normalmente ubicadas a las afueras del
municipio y con frecuencia junto a complejos deportivos, existen también zonas
verdes para echar el día, áreas de recreo e incluso bares o kioscos.
Muchas
piscinas de la comarca se hicieron en los años de auge económico, principios
del siglo XX con el boom del ladrillo en nuestro país, ya que es una inversión
económica importante y rentable a muy largo plazo por su escaso uso, dos meses
del año, y elevado coste por el mantenimiento de la misma desde junio a
septiembre. Hay pueblos incluso, como por ejemplo Cortelazor la Real, que aún siguen
pagando mediante préstamo bancario, la obra de la piscina. La última en
realizarse ha sido la de Alájar, casi a pie de carretera y con vistas preciosas
a la Peña de Arias Montano. Hubo un momento donde políticamente en la Sierra se
prometían piscinas a sus vecinos y ahora la moda son las pistas de pádel.
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