En la víspera de la Pura todos queman sus Rehiletes
La imagen de la Inmaculada saldrá en procesión el jueves al mediodía por un grupo de jóvenes costaleras
Javier Moya Rufino / Aracena
La Sierra se inunda durante el mayor puente del año de muchas actividades y tradiciones ancestrales. Una de las más curiosas por el cariño de los protagonistas y perplejidad de los foráneos es la quema de los conocidos como rehiletes, en otros pueblos de la comarca bajo el nombre de avelorios. La noche de Rehiletes en Aracena sirve para rememorar tradiciones pasadas y secundadas con fervor desde siempre sin llegar a perder su esencia actual. El paso de los años provoca avances y cambios frente a épocas atrás, pero no deja de ser una noche especial. Muchos visitantes durante el Puente no se pierden una cita tan peculiar durante la noche de este miércoles, previa a la festividad de la Inmaculada.
Además con anterioridad, a las siete de la tarde en la plaza de Santo Domingo, vuelve el Tostón Solidario donde un gran número de kilos de castaña son asados en un enorme tostador para ayudar al Cuerno de África gracias a la Cruz Roja comarcal y a la concejalía de Bienestar Social e Igualdad de Aracena.
Santo Domingo en 2010 / J.M.R.
Entre los “cebolleros”, vecinos de Aracena, es una de las tradiciones más queridas por perdurar tanto en barrios y calles de la ciudad pese al paso del tiempo y de sus necesarias generaciones. Una de las candelas más conocidas se ubica en la Plaza Alta, en un marco incomparable entre la Parroquia y el Cabildo Viejo. Con la nueva plaza la candela se ubica justo en la subida hacia el Castillo. También en el barrio de Santo Domingo se ubica otra de las candelas de mayor dimensión junto a la fachada de la Ermita.
Además en la calle Alegre, en torno a la Plaza de Toros, en el Recinto Ferial y en la calle Cantarrana dentro del barrio de San Roque u otras zonas del pueblo de forma esporádica. Una de las costumbres más modernas es que cada vecino aporta los productos típicos de la Sierra, principalmente en torno al cerdo ibérico, y son asados al calor de la candela junto a un buen vino.
Además en la calle Alegre, en torno a la Plaza de Toros, en el Recinto Ferial y en la calle Cantarrana dentro del barrio de San Roque u otras zonas del pueblo de forma esporádica. Una de las costumbres más modernas es que cada vecino aporta los productos típicos de la Sierra, principalmente en torno al cerdo ibérico, y son asados al calor de la candela junto a un buen vino.
Los rehiletes se hacen las semanas antes en los castañares más cercanos con numerosas hojas de castaño prensadas sobre una vara de olivo y sujetadas en la punta por una castaña para que no se salgan. Después son prendidos gracias al fuego antes de darle vueltas constantemente en círculo con el brazo extendido para que nunca pueda rozar sobre el cuerpo. Tanto para mayores como jóvenes la atención y el cuidado al prender los rehiletes debe ser máxima. Una tradición arraigada desde nuestros mayores donde para los niños alcanza una ilusión especial.
Plaza Alta en 2009 / J.M.R.
Bajo estos consejos sólo queda pasar una buena noche en torno a la candela con conocidos y desconocidos dentro del mejor entorno como la noche otoñal en la Sierra. Y sobre todo prender todos los rehiletes guardados de forma que no se apaguen con la velocidad del brazo en el giro del mismo para formar auténticos arcos de fuego llenos de magia y simbolismo cristiano.
La fiesta de los Rehiletes hace muchos años tomó un matiz religioso con la Inmaculada Concepción y las candelas sirven como purificación en torno al fuego de la noche serrana. En el ámbito religioso este jueves al mediodía tras la función en honor a la Inmaculada, cuya imagen ha recibido en su honor una Novena en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, saldrá en procesión por las calles del barrio de la Plaza Alta portado por un valiente grupo de jóvenes costaleras.
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