En primer lugar nos gustaría valorar el hecho de que, a
pesar de haber estrenado un espléndido pabellón ferial, contábamos con unas
instalaciones en carpas que dejaban mucho que desear. ¿Por qué? Entre otras
cosas porque cuando se inauguró la feria aún estaban encharcadas. Quizás
alguien que viene a exponer sus productos con ilusión y seguramente haciendo un
esfuerzo (entre otros económico porque todos los comerciantes pagan al
ayuntamiento por el espacio que ocupan) debería encontrar unas condiciones más
adecuadas y cuidadas. ¿No se le ocurrió a nadie que en octubre pudiera llover
en nuestra sierra? ¿Tampoco nadie vio la previsión del tiempo? ¿Es el recinto ferial el mejor lugar para
instalar carpas de las características que se instalan? ¿Qué habría pasado si
hubiera seguido lloviendo durante todo el fin de semana?
Hemos estrenado pabellón ferial (que no inaugurado, porque
aún no está terminado) pero quizás deberemos esperar para comprobar si
realmente su uso viene a rentabilizar la inversión que ha supuesto, que
recordamos ha sido de casi dos millones de euros. Tenemos un “magnífico”
pabellón, pero ¿es un lujo innecesario?
Y cómo se puede entender que junto a esta edificio que, en
teoría viene a dar categoría a nuestro pueblo y en el caso que nos ocupa a
nuestra feria del jamón, se instalen carpas en condiciones más que discutibles
y aún peor, ¿cómo se puede consentir desde el ayuntamiento que junto a este
edificio se instale una “botellona jamonera”?.
No creo que seamos los únicos que nos hayamos sentido
avergonzados al ver que lo que debería ser una feria que diera prestigio a un
producto como el jamón y el cerdo ibérico se haya convertido en un chiringuito
playero en el que se cambió la sandía por la paletilla.
Probablemente habrá supuesto este XVII certamen de la feria
un éxito de público, pero el público que hemos tenido (y me refiero sobre todo
al que ocupaba el recinto ferial el sábado) quizás no es el que desearíamos
tener en un evento de estas características y categoría. Si lo que se pretende
es organizar una romería o una botellona, el año tiene 365 días, se podría
haber elegido cualquiera otro que no fuera el de la feria del jamón.
Lo que tuvimos fue mucho público en una feria alarmantemente
mediocre.
En cuanto a las empresas participantes se nos ocurren muchas
cuestiones que plantear:
¿por qué hay muchas empresas tanto locales como de la
comarca que no participan en la feria? ¿por qué muchos que antes participaban
han dejado de hacerlo? ¿por qué en una feria regional exponen empresas de otras
regiones o incluso de otro país? ¿por qué participan empresas cuya actividad en
absoluto está relacionada con el jamón, el cerdo ibérico o al menos productos
típicos de nuestra comarca o nuestro pueblo?
A todas las cuestiones planteadas a lo largo de este texto
no se nos ocurre más que una repuesta: la gestión que desde el ayuntamiento se
está haciendo de esta feria deja a todos los niveles mucho que desear.
Probablemente habrá muchos que consideren que sus productos no ganan valor sino
que incluso se devalúan acudiendo a este encuentro “referencia en el sector”.
Y si hablamos de seguridad…dios mío, eso sí que ha sido
magnífico. Para empezar no se llegó a convocar la junta local de seguridad.
Error grave que seguramente otros no valorarán como tal.
Y seguimos con la celebración de una botellona en el recinto
ferial en la que podíamos encontrar un cuchillo jamonero por cada cinco o seis
personas. Le parece a alguien exagerado decir que tenemos que agradecer no
tener que estar hablando de tragedia ante semejante panorama. Sí, seguro que
estamos mintiendo, sembrando confusión, generando incertidumbre y sobre todo
intentando sacar rédito político (cosa que al parecer sólo hace nuestro grupo),
pero como una imagen vale más que mil palabras…
¿Y qué decir de la basura? Esta fue la imagen de Aracena que
se llevaron los que nos visitaron en la feria del jamón.
Con mucha probabilidad si no se planifica un giro, diríamos
que radical, a este evento, en pocos años se habrá convertido en una caricatura
de lo que una vez quisimos que fuera. Contar con un pabellón magnífico no es
garantía de una feria magnífica: “el hábito no hace al monje”.
Fundamentalmente habría que volver a poner en verdadero
valor los productos a los que la feria se dedica. El jamón y el cerdo ibérico
son algunas de nuestras grandes riquezas y, aunque fuera sólo por respeto a
ello, la feria debería ser referente del producto de mejor calidad posible.
Y, por supuesto, aprovechar la celebración para difundir
otros tesoros de nuestra tierra: la cultura, el arte, la gastronomía, la
naturaleza, el deporte,…
Me gustaría plantear una última cuestión. ¿Si los medios de
comunicación no pueden considerarse veraces cuando valoran una ordenanza
aprobada por el Pleno de nuestro ayuntamiento, por qué deberían considerarse de
otro modo cuando hablamos del balance que hacen de nuestra XVII Feria Regional
del Jamón y del Cerdo Ibérico?
Sólo un apunte más que tiene que ver con el futuro de
nuestro grupo municipal. Así como el pasado mes anunciábamos que nuestra
compañera Dña. Mª Angustias Gil dejaba su cargo como concejala en el Pleno de
nuestro ayuntamiento, en esta ocasión anunciamos que será D. Salvador Mateos
quien a partir del mes de noviembre ocupe su lugar y nos acompañe en primera
fila en esta andanza apasionante.
Gracias un mes más a quien nos presta este espacio así como
a los que nos prestan su apoyo.
Fdo. Nuria Bonilla (primer plano) concejala - portavoz del
Grupo municipal de IU en Aracena.
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