CRÓNICA VIERNES SANTO, MADRUGÁ + HDAD, DEL SILENCIO

Un Viernes Santo deslucido por la lluvia en Aracena

Javier Moya Rufino / Aracena

El Viernes Santo en Aracena quedó deslucido por el agua caída durante todo el día sin grandes interrupciones e incluso con muy malas previsiones climatológicas. Tanto la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno durante la Madrugá como la del Silencio en la tarde de Viernes Santo decidieron no realizar estación de penitencia tras la necesaria reunión de las respectivas Juntas de Gobierno.

Imágenes de Ntro. Padre Jesús y María Santísima de la Amargura / J.M.R.

En la Madrugá la noche de Jueves Santos ya había llovido con bastante fuerza, pero a las doce de la noche dejaba de hacerlo hasta próximos a las cuatro de la mañana donde de nuevo regresaba la lluvia. La salida estaba prevista a las cinco y media de la mañana, y minutos antes la Junta de Gobierno se reunía y decidía no salir a la calle con la comunicación del Hermano Mayor Manuel García Lanne – Lenne a todos los hermanos bajo un aplauso ensordecedor.

En el interior del templo se rezaba la Salve a María Santísima de la Amargura y el cántico propio “Cómo Simón te ayudó” a Nuestro Padre Jesús.

Imagen del Viernes Santo por la tarde en la Parroquia cuando la Junta del Silencio decidió no hacer Estación de Penitencia. A la izquierda los pasos de Ntro. Padre Jesús y la Amargura (Madrugá) y a la derecha del Cristo de la Plaza y la Virgen de la Esperanza (Silencio) / J.M.R.

Por la tarde la cofradía del Cristo de la Plaza tenía su salida a las ocho de la tarde, pero igualmente la Junta comunicaba que no podía salir a la calle debido a la lluvia que caía durante toda la tarde. Además había previsiones muy negativas para la noche de Viernes Santo.

Cristo de la Plaza y la Virgen de la Esperanza / J.M.R.

 

Ante una Parroquia llena de público y hermanos se realizaron varios rezos ante las imágenes del Cristo de la Plaza y la Virgen de la Esperanza. Incluso con el cántico de dos saetas, una para cada imagen, por un hermano de la hermandad y natural de Aracena, un momento muy emotivo bajo las bóvedas de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.