El centro de educación
permanente Arcilasis echa el telón al curso en la Sierra con una gran fiesta de
convivencia
Javier Moya Rufino / Aracena
El
centro de educación permanente Arcilasis, con sede física en Aracena y
expandido por toda la Sierra, ha celebrado recientemente su habitual clausura
del curso académico con la entrega de diplomas y acreditaciones además de una
concurrida cena en el hotel Los Castaños de Aracena.
El
conocido, cariñosamente, como centro de adultos tiene en la actualidad casi 1.500
alumnos repartidos en 27 localidades, entre pueblos y aldeas, gracias a trece
secciones por toda la comarca y la labor de 26 profesores. La educación
permanente como la conocemos en la actualidad comenzó en el año 1983, y con
anterioridad existían los cursos de alfabetización.
Uno
de los salones del Hotel los Castaños sirvió como lugar para aglomerar a un
importante número de alumnos, la mayoría mujeres, de cara a la clausura del
curso donde estaban presentes miembros de la corporación municipal con su alcalde
Manuel Guerra a la cabeza, junto al propio centro de educación permanente con
su director Rafael Navarro como anfitrión.
Un
acto en torno a la hora de duración para explicar el desarrollo del curso, sus
asignaturas, dificultades, novedades e incluso perspectivas y peticiones de
cara al próximo curso.
Entre
las necesidades más claras, según el director Rafael Navarro, está en ampliar
la plantilla de profesores. En Aracena hay cuatro y uno tiene que dar también
clases en Alájar.
La
oferta educativa es muy amplia, contando con asignaturas relacionadas con la
salud, tecnología de la información, patrimonio andaluz, prueba libre para
obtener el Graduado, la prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25
años, entre otros. Incluso cuentan con una asignatura de interculturalidad para
extranjeros.
Y
uno de los aspectos más relevantes que se comentó en la clausura fue la
importancia de que el centro de educación permanente Arcilasis acoja a personas
de diferentes edades y que sin el mismo, muy probablemente, no se conocerían ni
tendrían tanta formación como ahora.
Finalmente,
del salón pasaron a otro anexo donde tenía lugar la cena con un rico menú.
Todos disfrutaron de una gran noche con muy buen ambiente, donde hubo también despedidas
y regalos de agradecimiento.
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