La Feria de agosto de Aracena nota la crisis
Menos presencia de público que en años atrás, tanto de día como de noche, y el frío presente al principio y final de la feria. El concierto de Medina Azahara en el recuerdo
Javier Moya Rufino / Aracena
La Feria y Fiestas Mayores de Aracena, la popular feria de agosto del presente año 2011, ha finalizado con éxito en general, aunque la actual situación económica ha estado más presente que en ningún año anterior en cuanto a una menor presencia de público y a la postre un menor gasto como han reconocido la mayoría de negocios ubicados en torno al recinto ferial de agosto de la Avenida Reina de los Ángeles. El día fuerte de la feria volvió a ser el sábado y destacó el lunes por la noche hasta la hora de los fuegos en la clausura oficial. El resto tanto a mediodía como de noche destacan por la normalidad presente en las casetas, zona joven y de atracciones. En cuanto a sucesos sólo a reseñar que dos niños se lastimaron en la noche del lunes, antes de los fuegos, en la atracción conocida como la “olla”. En este caso la atracción estaba con los papeles en regla y perfectamente montada, con lo cual el detonante parece ser que la manipulación de la olla por el operario no fue del todo correcta en ese momento, alcanzando una oscilación suficiente para que los dos niños cayeran de arriba hacia abajo y quedaran atrapados entre otros niños.
Sin duda alguna el frío ha sido uno de los condicionantes negativos a permanecer en el recinto durante la noche, en especial, durante el jueves, viernes y lunes. La mejor noche en cuanto a la climatología coincidió con la noche del sábado, siendo siempre la más importante por presencia de público debido a la asistencia de muchas personas de otros pueblos de la Sierra.
Otro factor ha podido ser la fecha de la feria, una semana más atrasada de lo habitual, sin saber oficialmente aún el motivo. Cierto es que durante este año muchos de los eventos importantes y festivos del calendario han ido cayendo algo más tarde de lo normal, aunque las ferias de Nerva y Aroche (siempre coinciden con Aracena) han permanecido fieles a su fecha. Sin embargo, muchas personas nacidas en Aracena pero residentes en otros puntos del país eligen sus vacaciones para la feria y muchos creyendo que era la tercera semana como siempre han tenido que regresar a su destino antes de tiempo sin poder disfrutarla.
Los prolegómenos a este evento festivo estuvieron marcados por los continuos rumores en el pueblo ante la supuesta ausencia de muchas actividades clásicas en el programa ferial. El equipo de gobierno del Ayuntamiento expresó siempre su deseo de continuar con el estilo de feria de alta calidad y grandes eventos, pero siendo conscientes de la situación económica actual y por lo tanto reduciendo el presupuesto dentro de una política basada en la austeridad bien vista por la ciudadanía, siendo el mejor ejemplo la portada de feria. Una portada nueva y alquilada frente a la de propiedad municipal, cuyo gasto para su colocación era altísimo. Un importante ahorro e incluso siendo colocada en un día y quitada ayer en escasas horas para beneficio del tráfico. Éste ante la menor presencia de público y la concienciación cada vez mayor de bajar andando al recinto no ha sido de los grandes problemas en esta ocasión y los aparcamientos no han sido un gran problema en la mayoría de las ocasiones.
Sin embargo, la policía local se ha visto forzada a quitar algunos vehículos con la grúa, pero menos que en años anteriores según la propia Jefatura. Durante la noche las redadas han sido habituales, como en cualquier otra feria sin mayor relevancia, para cumplir la normativa de no consumir alcohol fuera del recinto establecido y la zona habilitada para ello junto a los chiringuitos como el consumo de otras sustancias estupefacientes. De hecho sólo hubo tres pequeños altercados; uno en la zona de botellones por consumo de sustancias estupefacientes, otro por consumo de alcohol pasadas las nueve de la mañana en las proximidades del polideportivo y el último al final de la segunda diana (noche del sábado al domingo) ante la caída de unas vallas separadoras en el arreglo de la calle Mesones.
La zona de conciertos ha sido correcta al igual que el pasado año destacando el concierto de Medina Azahara, quedando para el recuerdo de muchos. Igualmente la caseta municipal y las orquestas han tenido una gran acogida, con medidas muy populares un año más al mediodía. Las atracciones por segundo año consecutivo todo un acierto en la zona de huerta panaderos, al igual que la ubicación de los chiringuitos, pese a que el consistorio municipal prefiere y subasta cuatro en lugar de los dos finales.
Los servicios de seguridad y limpieza una vez más modélicos en cuanto a profesionalidad, rapidez y eficiencia. Una situación que a muchos visitantes de la feria no les agrada en exceso es al paseo a caballos por el Real de la Feria. Una tradición que no debería perderse nunca, pero sí quizás limitar el número de horas y / o días ante el peligro que supone el paso de los peatones por el recinto con pequeños en muchos casos a la vez de los caballos. Una alternativa para que el elegante paseo a caballos permanezca por siempre y la tranquilidad de los asistentes al recinto sea mayor a la presente.
Y finalmente, el espectáculo piro - musical de fuegos artificiales sigue tan vistoso y emotivo como siempre, aunque se podría delimitar y acotar los accesos justos al lado donde se ubican los fuegos porque no es normal acabar la feria con la tensión de no poder casi mirar hacia arriba y con la tensión de que una pavesa caiga sobre el cuerpo. Algún que otro asistente vió como su ropa contaba de forma inesperada con pequeños agujeros. En otros casos el pelo olía de forma muy diferente a un perfume e incluso el propio polvo de la pólvora resultaba molesto para los ojos. Debido al viento de la noche del lunes había pavesas que cayeron sobre la carpa municipal.
Y finalmente, el espectáculo piro - musical de fuegos artificiales sigue tan vistoso y emotivo como siempre, aunque se podría delimitar y acotar los accesos justos al lado donde se ubican los fuegos porque no es normal acabar la feria con la tensión de no poder casi mirar hacia arriba y con la tensión de que una pavesa caiga sobre el cuerpo. Algún que otro asistente vió como su ropa contaba de forma inesperada con pequeños agujeros. En otros casos el pelo olía de forma muy diferente a un perfume e incluso el propio polvo de la pólvora resultaba molesto para los ojos. Debido al viento de la noche del lunes había pavesas que cayeron sobre la carpa municipal.
* Imágenes de la feria en la siguiente entrada.
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