Un Viernes Santo deslucido por la lluvia en Aracena
Javier Moya Rufino / Aracena
El Viernes Santo en Aracena se quedé deslucido e incompleto por la no salida de la Cofradía del Silencio por la tarde desde la Parroquia. Una hermandad que se quedó por segundo año consecutivo sin hacer su Estación de Penitencia debido a la lluvia. Una tarde donde los nublados fueron siempre una amenaza e incluso con la presencia de lluvia, en algunos momentos con chaparrones de agua, y la Junta de Gobierno pese a la necesaria espera tuvo que decidir no salir a la calle. Una hermandad donde el silencio y el respeto son dos de sus máximas banderas.
Una salida prevista para las ocho de la tarde con dos bonitos pasos; el Cristo de la plaza y el palio con Virgen de Gracia y Esperanza. En el interior de la Parroquia los hermanos y presentes realizaban varios rezos ante sus respectivos titulares y como recogen las reglas un Vía Crucis cuando no hace Estación de Penitencia.
Una hermandad que contaba con importantes estrenos para este año. En el paso de Cristo un llamador, compuesto por varias figuras angelicales que portan la cruz y el escudo de la hermandad. Un regalo de dos hermanos anónimos de la cofradía. Además de las coronillas de los guardabrisas realizadas por Orfebrería Andaluza y sufragadas por algunos hermanos.
Y en el paso de la Virgen el estreno de la nueva peana, realizada igualmente en Orfebrería Andaluza.
Tanto el paso de Cristo como el de la Virgen tienen 35 costaleros bajo la responsabilidad de los capataces Gonzalo Carrión, capataz general de la cofradía, junto a sus auxiliares José María Gómez, Francisco Javier Alcaide, Francisco Jesús Fernández y José Rafael González (los dos primeros en el Cristo y los dos últimos en la Virgen).
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